JEFFREY ST.CLAIR / COUNTERPUNCH – Al final de la Primera Guerra del Golfo, Saddam Hussein fue denunciado como un villano feroz por ordenar a sus tropas en retirada destruir los campos de petróleo kuwaitíes, contaminar el aire con nubes venenosas de humo negro y saturar el suelo con pantanos de crudo. Se calificó, con razón, de crimen de guerra ambiental.
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